Hace más o menos diez años el país entró en una depresión de la que todavía parece que no se ha recuperado por completo. La economía española se derrumbaba de una manera imparable como consecuencia de la llegada de la crisis económica, una crisis que afectó de un modo tremendo a nuestro país sobre todo porque durante las décadas anteriores habíamos apostado toda nuestra suerte al sector de la construcción, que fue precisamente el protagonista negativo de esa crisis que, como decimos, todavía hoy continúa sin ser erradicada.
España es, en efecto, un país cuya economía ha dependido demasiado de un negocio como el de la construcción. Está claro que no es un error apostar por la construcción. Y no es que la construcción sea un negocio con los pies de plomo. El fallo no fue otro que el de fiarlo todo a ese sector. Fue por eso por lo que, cuando cayó, fueron arrastrados muchos de los tejidos de la economía española. Han sido un total de diez años los que han pasado desde entonces y son muchas las personas que han vivido de primera mano las consecuencias del mal momento económico.
Decimos que sigue habiendo problemas en lo que a la construcción se refiere. Aunque nos estamos recuperando, la verdad es que sigue habiendo algunos datos que no son como realmente nos gustaría. Un ejemplo lo pone un artículo publicado por el diario Expansión el pasado mes de febrero. En él se hace referencia a la caída que se produjo en el sector de la construcción durante el pasado mes de diciembre, una caída que llegó a ser del 13’4% y que ha preocupado a muchos de los empresarios y regidores de las empresas que están relacionadas con el sector.
Pero no todo es negativo. No podemos quedarnos sólo con lo negativo. Podemos plantear las cosas de otra manera. Y, para ello, es muy útil tirar de las previsiones que se están generando en el sector de cara a los próximos años. En concreto, el diario El Mundo publicó en diciembre de 2017 que las previsiones del sector para el periodo comprendido entre 2018 y 2020 eran positivas puesto que se iba a crecer dentro de este negocio más o menos un 3’5%, sin duda una noticia que hace que todos aquellos que tienen relación con el sector puedan, por fin, respirar algo más tranquilos.
El sector de la construcción empieza a ver, después de muchos años, algo más de movimiento en su sector. Son las conclusiones de un estudio realizado por Aluminios Franco, que ha destacado el aumento del interés de una gran variedad de empresas a la hora de adquirir perfiles para la construcción. Sin lugar a dudas, se trata de una de las cosas que más reflejan que la tendencia en el sector ha cambiado y que promete más alegrías que tristezas en los próximos años, una situación que por desgracia no se ha dado desde hace ya más de una década.
Un crecimiento sostenible
Mucho se ha hablado y debatido acerca del futuro de un negocio como el de la construcción. En España ya tenemos todos los inmuebles que necesitamos. Construir más es una pérdida de tiempo puesto que si por algo nos hemos caracterizado en este país es por tener un montón de pisos y viviendas completamente vacíos. La manera en la que mejor se puede crecer dentro de este ámbito es en la rehabilitación de edificios. En España son muchos los edificios que no cuentan con las condiciones adecuadas para ser habitados y que necesitan reparaciones urgentes. La construcción es el método a través del cual se puede revertir la calidad de nuestros inmuebles.
Este asunto es algo habitual en prácticamente todas las ciudades españolas. Madrid es uno de los ejemplos más claros de ello. El centro de la capital de España tiene una enorme cantidad de edificios antiguos que han necesitado una rehabilitación inminente y que se han visto obligados, por parte del Ayuntamiento, a realizar las obras pertinentes para que ninguno de sus habitantes y de quienes hacen vida cerca de ellos estén en peligro. Ya se han dado casos de personas que han sufrido las consecuencias de residir en un edificio en unas pobres condiciones y la experiencia no ha sido en absoluto agradable.
Quedan muchas cosas por hacer en España en materia de rehabilitación de edificios. Si nuestro país quiere mantener su tejido industrial en materia de construcción y no tener que sufrir tasas más altas de desempleo y pérdidas económicas que hagan caer a empresas cada día, tendrá que adaptarse a las nuevas necesidades y demandas de una sociedad que ha dejado de confiar en la edificación de nuevos inmuebles y que comienza a apostar por algo distinto a lo que habíamos estado acostumbrados en los últimos tiempos. Para crecer hay que adaptarse. Y el negocio de la construcción está en camino de ello.