Los tiempos van cambiando y vamos avanzando en todos los aspectos de nuestras vidas. La tecnología no es ajena a ello y, ya desde hace un buen número de años se han ido desarrollando nuevas soluciones para satisfacer las necesidades actuales de las empresas y de los domicilios particulares. Si bien es cierto que hasta no hace muchos años nadie se podría imaginar que en un futuro cercano todo el mundo estaría conectado a través de una red global de información, hoy en día, esto ya es más que una realidad y es que internet se ha convertido en nuestra herramienta para la gestión en el uso diario. Una tecnología que avanza al ritmo que las empresas telefónicas le permiten y que, por suerte, cada poco tiempo va dando nuevos pasos hacia un futuro cada más conectado y cómodo para los ciudadanos. En este camino hacia una nueva era, las empresas no han de ser ajenas a las realidades actuales y es por ello por lo que para seguir avanzando y creciendo se han de ir actualizando. En ello están o estamos, cuando ha llegado a nuestras vidas una nueva forma de entender nuestra empresa o nuestra casa, la domótica.
Cuando hablamos de la domótica nos estamos refiriendo al conjunto de técnicas que van orientadas a automatizar una empresa o una vivienda y que integran la tecnología en todos los sistemas del hogar, siendo los principales, los sistemas de seguridad, la gestión energética, el bienestar o las comunicaciones.
Delbin Ingeniería es uno de los faros que guía el camino hacia esta nueva época conectada y que nos ofrece un servicio que, aunque está todavía en desarrollo nos traerá una serie de ventajas muy interesantes y que pasan por un aumento considerable en cuanto a seguridad. Esto es así ya que gracias al uso de la domótica podremos detectar cualquier movimiento no habitual en nuestro hogar, pero no solo eso, sino que también seremos capaces de detectar un incendio, una fuga de gas o un escape de agua. Asimismo, también tendremos la capacidad para poder bajar todas las persianas de una forma segura y, mediante el uso de cámaras de seguridad, podremos ver todo lo que ocurre en el interior de nuestra empresa o vivienda desde el lugar en el que nos encontremos, algo que nos otorgará la capacidad de decidir que hacer en cada situación.
Pero no solo la seguridad es su punto fuerte, sino que también lo es el ahorro de energía. La domótica está en contra de los aumentos de precio del recibo de la luz y, para luchar contra ellos, nos brindará la capacidad de poder programar todos los aparatos de nuestro hogar o de la empresa, de tal forma que no tendremos que estar gastando luz durante todo el día. Esto se notará, en gran medida, en elementos como la calefacción ya que, en lugar de dejarla encendida durante toda la jornada, podremos optar por programarla para que empiece a actuar media hora, o lo que consideremos oportuno, antes de que lleguemos a nuestro puesto de trabajo o a nuestra casa, de tal forma que solo estará caliente cuando lo necesitemos.
En la domótica, de momento, no todo son ventajas
Como en todo lo que nos rodea, no siempre es oro todo lo que reluce y, la domótica, en este aspecto, no iba a ser menos. Si bien es cierto que en un futuro a medio plazo se acabará imponiendo en la mayoría de nuestros domicilios, lo cierto, es que por el momento es necesario desembolsar una gran cantidad de dinero para preparar nuestro hogar. Esto se debe a que nos resulta muy caro cablear toda nuestra empresa o nuestra casa. Además, las averías son otro de sus puntos débiles, puesto que de producirse algún error se bloquearía el cerebro del sistema y dejaría inutilizable toda la red, así como las funciones que dependan de ella en la instalación. Tampoco contamos todavía con una buena conexión a internet que permita su desarrollo y es que este sistema transfiere una gran cantidad de datos a través de la red que puede acabar provocando una congestión de esta y, con ella, una menor velocidad de transmisión, lo que se traduce en una ralentización del sistema. Por último, se ha de incentivar la red en forma de telaraña, ya que por el momento se instalan en forma de anillo, una opción que implica un retardo en la reacción que depende, de forma directa, del número de puntos que haya conectados y, con ello, su fiabilidad queda en entredicho.