Llega un momento en la vida en el que hay que abandonar el nido. Dejar el entorno seguro que promete el hogar familiar y aventurarse en la vida a través de la vivencia de nuevas y únicas experiencias. En gran medida, esta decisión se hace porque es el momento de independizarse y buscarse la vida. Aunque en muchas ocasiones, se trata de hacer un paréntesis y vivir solo mientras se cursan estudios superiores en otra ciudad o, simplemente se quiere vivir la experiencia de alejarse de los padres. Por estas razones, existen las residencias de estudiantes como Larru, para que los jóvenes puedan estudiar en un entorno seguro, lejos del hogar familiar, pero con todas las comodidades necesarias.
A la hora de elegir el mejor lugar para pasar el año escolar, hay que saber muy bien cuál es la opción que más se adapta a las necesidades y preferencias del alumno y residente. En este artículo vamos a hablar sobre algunos de los aspectos que hay que tener en cuenta a la hora de hacer la elección correcta. Vivir en una residencia de estudiantes es una experiencia muy beneficiosa que aporta valores y enriquece a la persona. El compañerismo, la convivencia y conocer a otras personas de todo tipo y condición, fomentan los valores de los residentes y ayudan a madurar y a aprender a valerse por sí mismos. Si tenemos en cuenta que la edad media para que los jóvenes españoles se independicen ha aumentado considerablemente, aventurarse a estudiar lejos de casa y vivir en una residencia, tiene mucho más valor todavía. Los jóvenes tienen una oportunidad de independizarse de manera precoz y aprender a gestionar sus vidas mucho antes de lo habitual.
Puesto que el tiempo que se va a pasar en la residencia va a ser como mínimo de un año escolar, la elección debe hacerse con cierto criterio para no equivocarse de lugar y tener que arrepentirse o cambiar de planes. Algunos de los criterios que conviene tener en cuenta son comunes a la mayoría. No obstante, al final, prevalece la necesidad y preferencia de cada estudiante.
Cosas a tener en cuenta antes de decidir
Lo primero que se debe tener claro es que en realidad se quiere pasar por esta experiencia. Muchos estudiantes optan por vivir en residencias aunque no se vayan a estudiar a otra ciudad por razones más que evidentes: estar lejos del nido y poder hacer su vida con mayor libertad, sin el abrigo o presión de los padres. Teniendo claro lo que supone el cambio, los factores a tener en cuenta deben ser los siguientes:
- La ubicación de la residencia es uno de los mayores aspectos a tener en cuenta, puesto que la distancia y el lugar en el que se encuentre, va a afectar directamente la calidad de vida. Lo mejor es que esté situada en una zona céntrica que tenga fácil acceso y se encuentre bien comunicada con el transporte público. Además de ser accesible a los diferentes campus universitarios, las tiendas y zonas de ocio o lugares de interés.
- También es primordial tener en cuenta la seguridad que ofrece. Tanto a nivel de ubicación como las propias medidas de seguridad de las que dispone la residencia. No es buena idea irse a una residencia situada en zonas alejadas del núcleo urbano o lugares conflictivos.
- El coste es indudablemente un factor muy importante. El precio del hospedaje va a afectar de manera directa a la economía tanto del estudiante como la de su familia.
- Los servicios que incluye el coste de la residencia, deben tenerse muy en cuenta, pues no es lo mismo que incluya el servicio de lavandería en la mensualidad que el que tengas que buscarte la vida para hacerte la colada. Algunas residencias incluyen todo en su precio, en tanto que otras cubren tan solo el alojamiento, mientras que el resto de servicios se consideran adicionales y hay que abonarlos aparte o ni siquiera los ofrecen.
- Otro aspecto de vital importancia, es los tipos de habitaciones que ofrecen. Cabe la posibilidad de que no te importe compartir habitación e incluso sea una de tus preferencias. Pero puede darse el caso de que solo dispongan de habitaciones compartidas y no tengas la intención ni la necesidad de compartir tu espacio con un extraño. Por lo tanto, hay que asegurarse de cuáles son las opciones disponibles.
- Vas a estar lejos de casa, la comodidad que ofrezca la residencia nunca será como la que ofrece el hogar familiar, pero puede acercarse. Aspectos como el acceso a internet, la limpieza o el comedor, son algunas de las comodidades que pueden ofrecer y a las que debes prestar atención antes de decidirte.
- Un aspecto importante son las normas de convivencia que tienen en cada residencia. Hay que conocer las normas y políticas por las que se rige el centro, para asegurarse de que se ajustan a tus gustos, necesidades y preferencias.
- El ambiente de la residencia es otro factor relevante. Algunas recuerdan a los hoteles en donde reina la impersonalidad y los estudiantes no se conocen. Son extraños que no van a cruzar palabra en todo el curso. Sin embargo hay que tener en cuenta que una residencia universidad puede ser el lugar idóneo para establecer conexiones sociales que pueden resultar tan importantes como interesantes, por lo que tener en cuenta el tipo de ambiente social que se da en la residencia donde se quiere estar, es elemental.
A parte de tener en cuenta estos aspectos, es muy acertado contar con las opiniones de otros estudiantes y residentes. Investigar las diferentes opciones contempladas, leer las opiniones que dejan otros estudiantes o acercarse a ellas para comprobar in situ todos los aspectos, es una excelente manera de obtener la información necesaria. Del mismo modo que la flexibilidad que ofrece la residencia en algunos aspectos, como los horarios, las visitas, etc. Toda información es bienvenida a la hora de tomar la decisión más acertada.
Lugares que hacen que se quiera repetir
Una buena experiencia en el primer año que se vive en la residencia, hará que quieras repetir y seguir en ella durante el tiempo que estés estudiando la carrera. Razón de más para tomar la decisión más acertada y tener una experiencia más que positiva. Puede ser que tu idea de residencia sea exclusivamente ir allí a dormir y tener un lugar para dejar tus enseres. También puede darse la circunstancia de que busques algo más que un lugar de paso. La idea es tener tu propio espacio para dormir, descansar, estudiar o hacer trabajos en grupo, además de poder disfrutar de una charla interesante con otros estudiantes e incluso compartir veladas de Play Station.
Muchas residencias disponen de salones con cómodos sofás o incluso terrazas o zonas de exterior en los que se puede pasar un rato agradable libro en mano, o disfrutando de un café con algún compañero de fatigas.
Cuando uno se va de casa quiere libertad. Nada de horarios para entrar y salir o vigilantes expectantes a ver qué haces, con quien lo haces o porque lo haces. Libertad ante todo, porque estas estudiando y puede que un trabajo de última hora se alargue más de lo esperado o que te hayas ido de cañas y has perdido la noción del tiempo. Una residencia en la que no haya que fichar a una hora concreta es la mejor opción en cualquier caso, tanto si te gusta trasnochar como si solo necesitas saber que no hay restricciones.
Si además de encontrar tu lugar, la residencia ofrece la posibilidad de crecer personalmente, la experiencia será todavía más satisfactoria. Vivir en una residencia no consiste en estar de fiesta todos los días y a todas horas, como nos hacen ver en las películas, pero no está de más que la misma, organice eventos, actividades formativas o culturales, además de alguna fiesta para socializar de cuando en cuando. De esta manera se crean vínculos entre los residentes y se crea un ambiente agradable que favorece la integración.
Por supuesto, es fundamental que la residencia destile buen rollo. Un ambiente amigable y distendido en que los residentes se sientan mejor que en casa, es esencial para querer pasar allí el máximo tiempo posible. Si además eres de esas personas con inquietudes culturales internacionales, buscar una residencia abierta a estudiantes extranjeros, es una excelente opción. Un lugar para el encuentro y la fusión de culturas, la integración y la apertura de miras que produce rodearse de personas de todo tipo, carácter, raza y condición.
Todos estos ingredientes, llamados criterios de elección, son los que van a hacer posible que la experiencia de vivir en una residencia de estudiantes sea una de las vivencias más importantes en la vida de un estudiante.
Lo más acertado es buscar una residencia que ofrezca todo esto y servicios como los suministros incluidos, recepción las veinticuatro horas del día, todo tipo de zonas comunes como áreas de estudios, coworking, salas de cine, espacios al aire libre… y por supuesto, una ubicación cercana a la universidad y a todos los servicios indispensables. De tal modo que tú, solo tengas que aportar tu toque personal a la experiencia.