¿Tienes un apartamento en la playa? ¿Un piso, que tal vez has heredado de la familia, en alguna ciudad de interés turístico? Que sepas que gestionándolo bien puede ser una entrada de dinero extra. España es uno de los principales destinos turísticos de Europa. Las cadenas hoteleras, que no paran de invertir en nuestro país, lo saben. Gracias a la economía colaborativa, una parte de esos beneficios redundan en los ciudadanos. Una buena opción para iniciarte en el emprendimiento.
No hemos descubierto la luna. Tradicionalmente, las personas que tenían un apartamento en la costa y solo lo ocupaban durante 15 días o un mes al año, lo ponían en alquiler por quincenas. Era habitual pasear por una zona de playa y ver colgados por los balcones carteles de “se alquila”.
Algunos propietarios se apoyaban en las tradicionales agencias inmobiliarias para que les encontraran inquilinos y les gestionaran el papeleo. De la limpieza y acondicionamiento del inmueble se encargaba el propietario.
La situación ha cambiado en los últimos años. Los turistas ya no alquilan los pisos por quincenas. Lo hacen por días o por semanas, como si contrataran una habitación de hotel. Esto supone una subida considerable del precio por día. El propietario gana más dinero durante la campaña, aunque tenga el piso desocupado durante un tiempo.
Para muchos viajeros es una opción interesante. La pernoctación le sale por la mitad de lo que les costaría un hotel, y tienen plena libertad para entrar y salir, y moverse por el apartamento.
La mayor parte de los turistas ya no recurren a una inmobiliaria. Planifican sus viajes investigando por internet. No se centran solo en el alojamiento. Buscan lugares que visitar, espacios de ocio en los que invertir su tiempo. El lugar en el que van a dormir forma parte de un planteamiento más global.
Otra de las cosas que ha cambiado en los últimos años es que nos hemos vuelto más viajeros. Está claro que el verano sigue siendo la época estrella para los alquileres vacacionales, pero la gente, en cuanto podemos, hacemos una escapada. Un fin de semana, un puente largo, otras festividades como navidad o semana santa. Esto hace que un piso turístico en alquiler vaya generando dinero durante todo el año.
Para iniciarse en el emprendimiento, o escalarlo, una opción es utilizar los recursos de los que disponemos. Visto desde un punto de vista empresarial, un piso es un activo que genera beneficios.
España, destino turístico.
Después de dos años de pandemia, en el que el sector turístico se vio afectado, en el 2021 llegaron a nuestro país 31 millones de visitantes. En el 2022 va camino de doblarse la cifra, en lo que parece ser una tendencia imparable, así lo recoge en su web Antena 3-Noticias.
Las Islas Baleares es el destino preferido por el turismo internacional. Recibiendo un 20,3% de las visitas extranjeras. En cuanto al turismo nacional, la Costa Blanca alicantina es la zona más popular.
También se está reactivando el turismo cultural y de interior. En el pasado puente del 6 y 8 de diciembre, la ocupación hotelera en Madrid alcanzó el 71%.
Según los datos del 2021, algo más de 20 millones de turistas se alojaron en hoteles, mientras que 3.118.762 lo hicieron en viviendas de alquiler. A una gran distancia del alojamiento hotelero, el alquiler de pisos vacacionales es la segunda opción elegida por los visitantes.
En el 2021, el gasto en alojamiento de los turistas fue de 562 millones de euros. Eso sin incluir los paquetes de viaje que albergan a los turistas en los hoteles.
Otro dato reseñable es que la estancia media de los visitantes en sus destinos fue de 8,2 días. Lo que pone de manifiesto la inclinación de los viajeros a hacer viajes cortos, en lugar de ocupar todas las vacaciones en un mismo sitio.
Estamos atravesando tiempos complicados económicamente. Lo que se ha demostrado situaciones parecidas es que aunque dediquemos menos tiempo a viajar, la gente no está dispuesta a renunciar a sus vacaciones. El turismo continuará siendo uno de los motores económicos del país, y los turistas necesitarán sitio en el que alojarse.
¿Quién se beneficia de esta situación?
El alojamiento turístico en nuestro país está monopolizado por las grandes cadenas hoteleras. Tienen casi tanto poder como los bancos. La página web de estadísticas statista.com recoge que la cadena Hoteles Meliá posee una facturación anual de casi 3.000 millones de euros. Iberostar Hotels & Resorts, Riu Hotels & Resorts y Barceló Hotel Group facturan cada año más de 2.000 millones.
Estas cadenas españolas tienen establecimientos repartidos por todo el mundo. En nuestro país están instaladas en los principales destinos turísticos y copan la mayor parte de las ofertas de habitaciones, a una distancia abismal con los hoteles independientes.
La presión que ejercen sobre los partidos políticos está detrás de las leyes restrictivas que limitan, en las principales ciudades, la oferta de alquileres turísticos de particulares. En Palma de Mallorca está prohibido que un ciudadano alquile su vivienda con fines vacacionales, y en Barcelona, el ayuntamiento concede un pequeño puñado de licencias.
Está claro que el turismo es una golosa tarta, de la que los grandes hoteleros solo están dispuestos a compartir algunas migajas.
La economía colaborativa.
Es un modelo de negocio que se viene desarrollando en las últimas décadas gracias el auge de internet. Son plataformas digitales con páginas web o aplicaciones informáticas que ponen en contacto a los particulares. Por un lado, usuarios que buscan un producto o servicio determinado, y por otro, personas que se lo pueden ofrecer.
La plataforma actúa como intermediario o facilitador. Pone a disposición de los propietarios un soporte informático y un exhaustivo trabajo de marketing. Los interesados entran en la plataforma intentando resolver un problema o cubrir una necesidad. El propietario, que será quien venda el objeto o preste el servicio, pagará a la plataforma una comisión, solo si hay una transacción comercial.
De esta manera, todos salen ganando. La plataforma monta un negocio sin tener un stock de material y sin tener que contratar a profesionales cualificados para prestar ciertos servicios. Los propietarios promocionan sus productos obteniendo unos beneficios mayores que por otras vías y aprovechándose de una difusión que sería difícil conseguir por su cuenta, y el usuario entra en sitios web especializados donde sabe que encontrará lo que busca.
La economía colaborativa se ha extendido a muchos nichos de mercado. Con este sistema se pueden alquilar coches con conductor, comprar cursillos de formación profesional o contratar a un diseñador gráfico. En el terreno del alquiler vacacional es uno en los que más éxito ha conseguido.
Key & Rent, una empresa que trabaja en este campo, opina que este sistema es la mejor manera de sacarle un mayor partido a un apartamento de alquiler. El propietario se puede relajar, ya que la plataforma se encarga de todo.
Cómo funcionan las plataformas de alquileres vacacionales.
El sistema es muy sencillo. Una vez que el propietario del piso se inscribe en la plataforma y entrega una copia de llaves al intermediario, el inmueble pasa a formar parte del catálogo de la web.
Estos intermediarios realizan la limpieza y puesta a punto del piso, publicitan las fotos y la descripción de la vivienda y, en el momento en el que aparece una reserva, se lo comunican al propietario. Así se aseguran de que el piso está libre durante el tiempo comprometido.
El pago lo cobra la plataforma por vía digital. Descuenta su comisión y le abona el resto del importe al dueño del piso en la cuenta bancaria que ha facilitado.
Una vez desalojado el apartamento, el intermediario se encarga de la limpieza, la lavandería de la ropa de cama y el menaje de hogar, y de cubrir los posibles desperfectos que se hubieran ocasionado. Deja el piso listo para un próximo alquiler.
La plataforma suscribe un sencillo contrato civil con el propietario, por el cual, este cede la gestión del alquiler a la empresa intermediaria. La plataforma, en el proceso de reserva de plaza, aclara al cliente que no debe romper ni sustraer ningún artículo ni mueble de la casa.
Durante todo el proceso de alquiler, la plataforma es la responsable del piso y de las transacciones económicas que se realicen. Los inquilinos nunca tratan directamente con el propietario. Si se anula la reserva, según la política de reembolsos de la plataforma, esta será la que devolverá la totalidad o parte del dinero al usuario. Por esta razón, algunas plataformas no abonan la renta al propietario hasta que se termina la ocupación.
Las plataformas disponen de teléfonos de contacto y de correos electrónicos para que el propietario del piso pueda aclarar sus dudas respecto al alquiler de su vivienda.
De esta manera, una segunda vivienda puede ser una estupenda fuente de ingresos pasivos, en la que solo cediendo la gestión del alquiler a un tercero, el propietario no tiene que encargarse de nada. Solo de ir al banco para recoger los beneficios que está produciendo su piso.