Todos sabemos lo importante que es la imagen que proyectamos y causar una buena impresión en el mundo de los negocios. Sobre todo en las reuniones y entrevistas con nuestros clientes. De todos los complementos, un reloj de pulsera es el que más información transmite sobre ti. Atrae las miradas de forma natural y aporta detalles relevantes con un lenguaje no verbal. En este artículo resaltaremos la importancia de esta joya y te orientaremos a elegir aquel modelo que se adapte más al mensaje que quieres transmitir.
Un buen reloj de pulsera denota a una persona seria, responsable y puntual. Preocupada por no llegar tarde a sus compromisos y por cumplir los plazos de entrega. Los relojes se han asociado con individuos intrépidos y dinámicos (relojes de aviador), que asumen riesgos y toman precauciones (relojes sumergibles), personas activas y competitivas (relojes deportivos), que están a la última (relojes inteligentes y de diseño). Y sobre todo, transmiten elegancia, clase y buen gusto.
Breve historia del reloj de pulsera.
Aunque el reloj de pulsera está asociado con el hombre, los primeros prototipos fueron fabricados para damas. No contaban con la popularidad que tienen en la actualidad y eran vistos como objetos curiosos y snob.
En 1755, el relojero personal del rey francés Luis XV, Pierre-Augustin Caron, construyó el primer reloj de pulsera para Madame Pompadour. A finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX, el relojero suizo Abraham Breguet construyó precisos relojes artesanales para la reina de Nápoles y María Antonieta. Entre sus clientes se encontraban Napoleón y Luis XVII, que presumía de tener el reloj más exacto de la época.
Aunque el reloj de pulsera fue adoptado por las damas de la alta burguesía europea, no fue hasta bien entrado el siglo XX cuando se generalizó su uso. Los caballeros hasta entonces preferían utilizar relojes de bolsillo que lucían pendiendo de la botonadura de sus chalecos por medio de cadenas. Las damas, por otro lado, los colgaban de su cuello, encapsuladas en preciosas cajitas que pendían de sus collares.
La I Guerra Mundial cambia para siempre la concepción que se tenía sobre este objeto. Con la utilización de la aviación en la guerra se necesitan artilugios precisos que cronometren el tiempo y sean visibles de forma rápida. Con un simple giro de muñeca, el aviador podía constatar si estaba recorriendo la distancia planificada en el tiempo previsto.
En 1904, Louis Cartier fabricó un reloj por encargo para el aviador fracés Santos-Dumont. Ese mismo año, la firma suiza Rolex creó un prototipo que años más tarde fabricaría para la aviación británica.
Aunque ya se habían fabricado muchos modelos, es el relojero británico John Harwood quien patenta por primera vez el invento en 1922. Además de fabricarlo en serie, el relojero inglés estaba obsesionado con perfeccionar un mecanismo que permitiera que el reloj se diera cuerda así mismo. El reloj automático lo desarrolla en 1923. Para comercializar sus inventos crea una compañía propia y ya en 1928 produce 30.000 unidades que comercializa por todo el mundo. El crack del 29 hundirá para siempre su empresa.
Son los locos años 20 cuando el reloj de pulsera se convierte en un objeto universal. Reflejo de una sociedad feliz y en paz ávida de cambios y que integra la tecnología en la vida cotidiana. En 1926 la casa Rolex crea el primer reloj sumergible, hermético al polvo y al agua, con una caja sellada al vacío que protege la maquinaria. Su modelo, llamado Oyster, lo llevará puesto la nadadora inglesa Mercedes Gleitze cuando atraviesa a nado el canal de la Mancha un año más tarde.
En las décadas posteriores el reloj de pulsera se transforma en un producto generalizado e imprescindible. Se fabrica en todo el mundo, con todo tipo de materiales y para todos los bolsillos. Casi todas las personas lo llevan. Los joyeros emplean metales preciosos e incrustan joyas en su elaboración y las grandes firmas como Cartier o Rolex fabrican modelos exclusivos que marcan la diferencia.
Algunos relojes legendarios.
- El Omega Speedmaster Apolo II.
El 20 de julio de 1969 el hombre llega por primera vez a la luna. Neil Amstrong pone los pies en el satélite y pronuncia su famosa frase: “un pequeño paso para el hombre, un gran paso para la humanidad.”
El 25 de noviembre de ese año se celebró en Houston una cena de homenaje para celebrar este hito histórico. La firma Omega entregó en la gala una serie exclusiva de 22 relojes personalizados. A los 3 astronautas que tripulaban el Apolo II, al presidente y al vicepresidente de USA, a 14 miembros de la NASA que participaron en el lanzamiento, y, a título póstumo, a los tres astronautas que fallecieron en el siniestro del Apolo I.
El bisel tenía un color burdeos y la tapa de la caja estaba grabada con el nombre del agasajado y la inscripción “to mark man’s conquest of space with time, through time, on time”. Para comercializarlo de cara al público, Omega fabricó una edición numerada de 1014 unidades entre 1969 y 1973.
- Rolex Daytona.
En 1969, Paul Newman protagoniza la película “500 millas”, cuyo título original es “Winning”. Trata sobre la participación de un piloto de carreras durante las 500 millas de Indianópolis. Durante los actos promocionales del film, el actor aparece llevando este reloj con un dial exótico.
En 1972, el actor norteamericano, gran amante de la velocidad, decide competir profesionalmente en carreras de coches. Su mujer le regala su primer Rolex Cosmograph Daytona. El reloj le acompañaría en su participación en el circuito de Le Mans y en otras competiciones. Para él representaba un amuleto.
Pronto se convirtió en un fan de este reloj, del que llegó a coleccionar diferentes versiones, y del que se sabe que llegó a tener un mínimo 5 relojes distintos del mismo modelo. Con él aparece recogiendo los globos de oro, el Oscar y otros reconocimientos como actor o director.
Popularmente, se ha asociado este modelo con el actor Paul Newman.
- Tank Cartier.
En 1917, Louise Cartier diseña un reloj de pulsera inspirado en los tanques que operaban en la I Guerra Mundial. Con ello rompe esquemas predominantes en la relojería. Hasta ese momento, los relojes de pulsera eran relojes de bolsillo adaptados para llevarlos en la muñeca. Cartier crea un modelo compacto, blindado y creado para llevarlo en el brazo.
Mientras todos los relojes tenían una esfera redonda, el relojero crea su modelo en una caja plana y rectangular, algo más ancha que la correa que lo sujeta. El primer prototipo se lo regala al general John Pershing, comandante de la Fuerza Expedicionaria estadounidense en Europa. Dos años más tarde lo comercializa al público.
Desde 1917 hasta la actualidad este modelo no ha dejado de evolucionar, dando lugar a una infinidad de versiones y convirtiéndose en un emblema de la casa. Un símbolo de originalidad y distinción.
Tipo de relojes.
- Reloj analógico.
Son los clásicos relojes de siempre. Con tres agujas y, a menudo, un calendario. Su sencillez da pie a que sobre ellos se vuelquen grandes dosis de diseño ofreciendo una amplia gama de colores y materiales. Los profesionales de Serrano Joyeros opinan que esta categoría continúa siendo una opción que aporta un toque de sobriedad y elegancia a quien los lleva.
- Reloj cronógrafo.
Se trata de relojes deportivos que permiten medir el tiempo transcurrido en un intervalo de tiempo. Tiene dos pulsadores adicionales para accionar el cronómetro y aportan información precisa en décimas y centésimas de segundo por medio de esferas extra. Suelen ser modelos sumergibles cerrados al vacío con tolerancia a distintos niveles de presión atmosférica. Dan una imagen de persona dinámica, deportiva y competitiva.
- Reloj mecánico automático.
Son relojes analógicos de cuerda que se recargan de forma automática con los movimientos del usuario, por tanto, no necesitan que se cambie la batería. En muchos de sus modelos suele presentarse toda la maquinaria o parte de ella a la vista. Aportan a quien los lleva una imagen meticulosa, un toque industrial y un aspecto elegante.
- Reloj multifunción.
Es un desarrollo de los relojes deportivos que, además de dar la hora, aporta otras informaciones de interés en dos o tres esferas pequeñas integradas en la esfera principal. Añade funciones especiales que pueden ser brújulas, cronómetros, pluviómetros o calendarios con el día de la semana. Dan la imagen de que quien que lo lleva es una persona que le gusta conocer y controlar distintas variables.
- Smartwatch.
Una simbiosis entre los relojeros tradicionales y los fabricantes de telefonía. Sincronizados con un teléfono móvil, permiten acceder a las distintas aplicaciones del celular desde el reloj. Son para un emprendedor al que le gusta estar a la última en los avances tecnológicos.
Una vez conocidos los distintos tipos de reloj, basta con que elijas aquel modelo que se adapta más a tu personalidad y a la imagen que deseas transmitir. Dejándote asesorar por profesionales que te orientarán y se preocuparan de realizar las adaptaciones precisas para que te quede perfecto.