Dejando a un lado la financiación al uso para mantener a flote una empresa, podemos encontrar productos como el renting o leasing, bastante conocidos por la mayoría de los emprendedores en ciernes.
Cuando emprendes un negocio, los términos más extendidos son: crédito, financiación, facturación, deuda, anticipo, pagaré, etc. Una vez eres empresario o empresaria consolidada, los términos utilizados se van ampliando. Cuando de obtener beneficios se trata, las entidades bancarias o financieras, ofrecen otro tipo de productos que el ciudadano común, no conoce. De hecho, no están pensados para ellos si no, para las empresas.
Con la ayuda de Findango Finance, financiación para empresas alternativa, hemos aprendido dos nuevos conceptos empresariales: confirming y factoring. Vamos a tratar de explicar para el profano en qué consisten cada uno de ellos.
Ambos productos financieros aportan a las empresas liquidez y algunas ventajas en según qué momentos y circunstancias. Cada uno de estos términos va en una dirección cuya finalidad es la misma: proporcionar liquidez a la empresa.
Confirming
La traducción literal de confirming no es otra que confirmando. Sin ir más lejos, de eso trata este producto financiero, con su contratación en una entidad bancaria o financiera, confirmas el pago a tus proveedores.
En estos casos, la entidad correspondiente, se encarga de hacer la gestión del pago a los proveedores facilitando el cobro de los mismos por adelantado. Su metódica es sencilla, el empresario cierra un contrato con el proveedor, para no perder su liquidez, la entidad financiera gestiona y paga las facturas. Esto se hace de forma inmediata facilitando la gestión y acelerando los procesos de pago.
Con este sistema de financiación, las empresas no pierden acuerdos por falta de pago y no llega el vencimiento de las facturas. La agilización que genera esta fórmula beneficia a todas las partes implicadas. Disminuyen los gastos de gestión, se anula la imposición de intereses por demora y la empresa gana en imagen.
Los proveedores cobran sus facturas rápidamente sin tener que esperar la fecha de vencimiento. Ganan en liquidez para su propia empresa y pueden disponer de su dinero de forma inmediata. Además no tienen por qué formar parte de la entidad que lo gestiona, el pago se deriva a su propio banco.
La entidad financiera, se beneficia de la comisión que paga la empresa por prestar el servicio.
Existen dos modalidades de confirming, con o sin recurso. En la primera, el riesgo de impago recae directamente sobre el proveedor. En la segunda, el riesgo de impago recae sobre la entidad financiera, quedando excluido el proveedor.
Factoring
El factoring o literalmente, factoraje, es otro producto financiero, en este caso para la gestión de las facturas hacia la empresa. Es decir, si el confirming, asegura el cobro del proveedor, el factoring hace lo propio con la empresa. En este caso, esta cobrará sus facturas sin demora obteniendo liquidez inmediata.
La entidad financiera se encargara de dicha gestión de cobro a cambio de comisiones y gastos por la misma. Este método de pago de facturas anticipado evita caer en riesgo de insolvencia.
En el factoring, la empresa paga a la entidad financiera los intereses a la vez que le cobra las facturas por adelantado. En este caso, la propia entidad financiera asume todo el riesgo de impago por parte del cliente ya que es la encargada de hacer los cobros. Los clientes de la empresa, deben pagar el importe de las facturas, directamente a la entidad financiera.
Son tres los posibles métodos de factoring existentes: sin recurso, con recurso y secreto. En el primero de los casos, el más demandado, la entidad financiera asume todo el riesgo de la operación. Si no cobra las facturas no hay otro responsable.
En la segunda opción, la entidad financiera no asume riesgo de impago, tan solo se ocupa de la gestión de cobro. Será la propia empresa la que se encargue de asumir el riesgo de impago e insolvencia. Suelen utilizar este método las empresas que venden a sectores públicos o deudores de solvencia contrastada. Esto es así porque no les interesa pagar una comisión en casos que el cobro esta ya asegurado.
El tercer método se denomina secreto porque la empresa mantiene en secreto su nombre para que no trascienda el hecho de que pueda tener dificultades económicas.
Las diferencias entre ambos términos son que el factoring se lleva a cabo sobre las empresas, el confirming sobre los deudores. El factoring se trata de un servicio de cobro en tanto que el confirming lo es de pagos.
El factoring mejora la capacidad de la empresa para negociar los plazos puesto que sabe que cobrará. El confirming agiliza y mejora la negociación de los pagos ya que los proveedores saben que recibirán sus pagos.
El factoring asegura el cobro de la empresa y facilita la liquidez; el confirming el pago de los proveedores.
Las ventajas de ambos sistemas de financiación son varias. La realización de un contrato de factoring por parte de una empresa, elimina el riesgo de liquidez y que estos datos consten en los balances de tesorería. Por otro lado mejora la gestión comercial de la empresa y el cliente al mismo tiempo que facilita el mayor crecimiento de la empresa. Si se presenta una oportunidad de negocio, gracias al factoring la empresa puede hacer frente a los pagos.
Cuando el contrato que se lleva a cabo es de confirming, las ventajas empiezan por el pago a los proveedores de forma anticipada que incide directamente en la imagen de la empresa. De cara a terceros parecerá una empresa solvente que paga antes de lo establecido. Esto desembocará en una mejora de la capacidad de negociación, si el proveedor cobra antes de tiempo confiará en la empresa y obtendrá contratos más ventajosos.
Entre los inconvenientes de uno y otro producto, el factoring conlleva unos gastos elevados y es difícil de obtener cuando la empresa pasa por apuros económicos que la entidad financiera no quiere asumir. El confirming, hace que la empresa pierda la iniciativa en tanto que la entidad financiera puede obligar al proveedor a trabajar con ella. Si se trata de confirming sin recurso, se asumen por igual riesgos económicos que pueden llevarle a la insolvencia.
Como todos los productos financieros, tienen sus pros y sus contras. Lo mejor sería no tener que recurrir a ellos, sin embargo el mundo de los negocios necesita de todos estos recursos para mantener a flote la economía.