El transporte mercancías en España es un sector económico de una enorme y creciente importancia estratégica para la industria, el comercio y la movilidad de las personas. Sin embargo, a menudo se desconoce el valor de su aportación a la mejora y al equilibrio de la economía española. Por eso, a través de este artículo, queremos darle su importancia.
No en vano, un sector del transporte fuerte, abierto y competitivo puede ser un instrumento clave para evitar que España se convierta en un mero destino turístico. Y es que la importancia económica de un país se tiene que medir por sus exportaciones no por el número de guiris que se toman mojitos en la playa. España tiene que aprovechar sus bazas como plataforma logística internacional.
Históricamente, se ha producido una incoherencia entre las políticas de transporte aplicadas en España, el modelo territorial y los objetivos de la Unión Europea. Las infraestructuras de transporte se han diseñado con estructura radial y se continúan gestionando de manera bastante centralizada. Además, el sistema de transporte desarrollado ha tenido poco en cuenta la intermodalidad y las necesidades del transporte de mercancías a la hora de planificar la red de transporte ferroviario y, aún hoy, se presta una atención prioritaria al tráfico de viajeros
Estrategia
El transporte se ha convertido en una industria estratégica para una economía crecientemente mundializada y esto debería también comportar una mayor consideración de las necesidades de este sector en las decisiones políticas y una mayor atención a los criterios empresariales en la actuación del sector público. A la hora de aplicar una estrategia en el sector y establecer prioridades, la opinión de las empresas puede ser capital para evitar expectativas irreales en los proyectos e inversiones públicas.
Nos ponemos en contacto con Caliche, una empresa de transportes que nos informan de su forma de trabajar. “Las empresas estamos para garantizar la elección de la mejor opción y ruta de transporte, la gestión de la documentación necesaria, asistencia para elegir el Incoterm más adecuado y la resolución de trámites ante embajadas y gobiernos locales”, explican.
Lo bueno es que son muchas las empresas de este sector que han sabido amoldarse a los nuevos tiempos. Por ejemplo mantiene un control estricto de las mercancías mediante sistema GPS a lo largo de todo el proceso de transporte. “Con disponibilidad para nuestros clientes de ver su mercancía desde que comienza su viaje en alguna de nuestras empresas de transportes hasta llegar a destino en cualquier momento”, analizan.
El transporte por carretera es y seguirá siendo vital para la economía española y para su vinculación con Europa. De forma inmediata, el sector necesita aumentar su competitividad y conseguir una aplicación flexible del Reglamento 3820 sobre tiempos de conducción y descanso para países periféricos como España. Sin embargo, los datos no dicen lo mismo. El sector resiste, pero no acaba de explotar.
Datos de 2019
El movimiento de personas y de carga tiene un comportamiento procíclico: cuando la economía crece el sector del autotransporte avanza más que la economía; cuando la economía se frena o retrocede, el sector se estanca o cae más que proporcionalmente. Los últimos datos registran una tendencia a la baja en el PIB.
Conclusiones
El transporte español es un sector cuya situación actual es consecuencia, de las características territoriales y económicas del país y de las políticas de transporte aplicadas. A estos condicionantes históricos hay que añadir ahora el de la sostenibilidad. En una situación de mercados abiertos y competitivos, la atención prioritaria a los factores críticos analizados en los puntos anteriores y la aplicación de soluciones en la línea de las esbozadas contribuirán a aumentar las posibilidades de éxito.
Habría que ponerse las pilas desde el Gobierno. Desde el sector se pide la creación de un Ministerio de Transporte, tan necesario para atender las necesidades del transporte por carretera que, no se nos olvide, mueve todo lo demás, con una contribución al PIB del 3.4%
Se trata de un sector clave para nuestra inserción en Europa y para nuestra posición económica mundial como plataforma logística intercontinental y como apuesta geoestratégica y socioeconómica. Es hoy para la economía una herramienta similar a lo que representó en tiempos pasados la localización de empresas extranjeras en España. Se necesitan buenas infraestructuras, pero también empresas españolas que, sin hipotecas exteriores, se comprometan con el futuro industrial y logístico (y no sólo turístico) del país.
En suma, es preciso captar y concienciarse de la verdadera fisonomía e importancia económica y estratégica del transporte en España. Y, en consecuencia, apoyarlo en el nuevo entorno competitivo.