Dicen que la imagen lo es todo y vaya si es verdad. Ha quedado meridianamente claro con el paso de los años y la verdad es que así va a seguir siendo. El boom que hemos vivido con la llegada de las nuevas tecnologías es lo que ha condicionado de un modo tan grande a la sociedad actual en lo que tiene que ver con la imagen. Y no es para menos. En los tiempos en los que estamos, lo primero que tenemos que cuidar es la imagen. Si no, habremos perdido una buena parte de nuestro encanto.
Como consecuencia de ello, son muchas las personas que han querido tomar cartas en el asunto relativo a su estado físico. Lo llevamos viendo durante todo el siglo XX. Hace ya algunas décadas, por ejemplo, que empezó a estilarse lo que hoy conocemos como una operación de reducción de estómago. Esa fue de las primeras cuestiones a través de las cuales empezamos a modelar nuestro cuerpo, si bien se producen entre personas que viven casos extremos en lo que a su peso se refiere. Ahora, como seguro que os estáis imaginando, la variedad de las operaciones es mucho más grande.
Todo el mundo quiere tener la mejor de las oportunidades para exhibir su imagen. Y, por ello, cada día más gente recurre a aquello que denominamos medicina estética. Se trata de una de las ciencias que más ha evolucionado en los últimos años y está claro que el deseo de vernos guapos y guapas delante del espejo y en las fotos que compartimos a través de las redes sociales como Instagram es hoy más grande que en ningún otro momento de la Historia. Ni que decir tiene que no solo los jóvenes, sino gente “de todos los palos”, se sube a este carro.
La pandemia ha hecho que muchas personas, hombres y mujeres de todas las edades, hayan dejado de cuidar su imagen. El tiempo que hemos pasado confinados en casa así lo ha provocado, pero ahora que la inmensa mayoría de la población está vacunada parece que empieza a cambiar el asunto. Este verano, se publicó en el diario El País un artículo en el que se hacía referencia a que, a pesar de la pandemia, todos y todas queríamos siguiendo parecer jóvenes y que nuestra imagen fuera perfecta. Durante el confinamiento, el gasto en este tipo de asuntos fue de 2.600 millones de euros. Ahora, esa cifra ha crecido de lo lindo.
El portal web del diario Heraldo también proporciona un dato que no hemos querido pasar por alto: el 36% de la población española recurre a un asunto como lo es la medicina estética, en el que además empieza a confiar más y más gente. Después de los 26 años, ese porcentaje asciende hasta los 40%. Lo que nos viene a decir este dato es que a la gente le preocupa (de hecho, es una de las cosas que más le preocupa) su imagen.
Un negocio como el de la medicina estética ha venido creciendo e incrementado sus datos de facturación de un modo muy interesante en los últimos años. Y lo ha hecho en virtud de los resultados. No hay nada que pueda justificar un crecimiento importante en el nivel de facturación de un negocio o de un sector que los resultados. Desde Medicina Estética Rosa Bonal nos han comentado que, en el último año, la cantidad de reseñas positivas que dejan sus clientes en Internet y la satisfacción que se les transmite en el mismo centro por parte de esos mismos clientes ha coincido con un repunte de los ingresos.
Un negocio con todo el futuro del mundo
Nada hace presagiar que vaya a dejar de ser importante la imagen en los tiempos que vendrán. Ni que decir tiene que eso va a conllevar que todo el mundo se siga preocupando por su aspecto físico, intentado corregir lo que se entienda por defectos y potenciando las que consideremos nuestras virtudes. Desde luego, lo que está claro es que vamos a seguir necesitando subir esas fotos en las que aparecemos simplemente perfectos y perfectas. Así se mide la popularidad a estas alturas de la vida.
Lo verdaderamente importante de todo esto es que todo el mundo se vea bien y se sienta seguro de sí mismo. A la hora de entablar una conversación, de hacer una entrevista de trabajo o de intentar ligar con otra persona, eso es algo que llama poderosamente la atención: la seguridad. Y, si somos capaces de mantenerla en todo momento, no cabe duda de que tendremos mucho más a mano poder conseguir nuestros propósitos, sean cuales sean. Nunca ha sido tan evidente.