Que España sea un país que tenga como una de sus características principales el gusto que tiene su gente por salir y disfrutar de la vida es lo que atrae, cada año, a miles y miles de turistas a nuestras ciudades, nuestras montañas y nuestras costas. En efecto, esa ya se ha convertido en una de nuestras señas de identidad y en uno de los factores que a los empresarios más les beneficia a la hora de convertir a sus entidades en empresas rentables.
El español lleva el salir y el beber casi en la sangre. Repasemos lo que dicen los medios de comunicación nacionales al respecto. En efecto, el diario El Mundo, en un artículo publicado el 12 de mayo de 2014 en su página web, ofrecía los datos de un estudio que aseguraba que los españoles duplicábamos la cantidad media de alcohol que bebe una persona en el resto del mundo. En total, son 11’2 litros de alcohol los que una persona bebe cada año. España lidera este ranking al compararla con el resto de países europeos que, siendo los más bebedores del mundo, suman una cifra de consumo de alcohol de 10’9 litros al año. El estudio también revelaba que, para nosotros, la mejor bebida es la cerveza.
El salir y el beber es algo que va inherente a nosotros desde que comenzamos a tener cierta edad. Es cierto que da la impresión de que los jóvenes en España cada vez consumen alcohol a una edad más temprana. Con eso hay que tener un cuidado tremendo. Según datos del diario El País, es casi medio millón de jóvenes el que va de botellón durante el fin de semana, una cifra que es preocupante puesto que, cuando se está en un ambiente así, las posibilidades de que algo salga mal son muy elevadas. En un bar, por ejemplo, el camarero puede decidir dejar de ofrecerle alcohol a un joven, o directamente no proporcionárselo si no alcanza los 18 años. En el botellón, el muchacho o la muchacha puede no encontrarse con límites, algo que le envalentona y que aumenta los riesgos.
La mejor alternativa, sin ninguna duda, para disfrutar de una buena copa es sin duda salir con los amigos a un bar y olvidarse de los botellones. Muchos de los propietarios de los bares se han quejado de que desde los Ayuntamientos no se han puesto las medidas oportunas para tratar de evitar este tipo de eventos y priorizar así los intereses de esos empresarios, que son por otra parte los principales perjudicados de la existencia del botellón.
Pero lo cierto es que muchos de los propietarios de los bares de nuestro país no han encontrado la manera de combatir un evento como el del botellón. En cuanto al precio, tienen la batalla perdida porque no pueden competir con la rentabilidad que muchos jóvenes encuentran ante la posibilidad de poner un fondo común con sus amigos y beber varias copas por apenas 5 euros. La posibilidad de los regentes de estos bares pasa por apostar por la calidad, y no sólo entendida como disponer de bebidas de primeras marcas, sino también de elementos alternativos como el local o las copas de cristal que se facilitan al público.
Las copas, un elemento distintivo
Está comprobado que las copas de cristal de las que dispone un bar juegan un papel importante en lo que a la captación de clientes se refiere. El porqué es sencillo: pueden resultar claves para garantizar su comodidad a la hora de beber. En Giona Premium Glass llevan trabajando años con este tipo de productos y sus profesionales así lo corroboran: la bebida no es lo único que garantizará que los españoles acudan a un bar en vez de ir de botellón. Los servicios que rodean al producto, como el recipiente en el que se deposita, el local o el ambiente que se respira en el mismo, son, a su vez, elementales.
Todo parece indicar que las generaciones futuras van a seguir manteniendo esa tradición tan sana y tan amable como lo es salir a tomar algo durante el fin de semana a algún sitio agradable. Esto supone una oportunidad de negocio que no debe ser pasada por algo por todos aquellos que se dediquen al mundo de la hostelería. Pero esa confianza no resultará gratis, porque habrá que trabajársela con un servicio 100% eficaz y que garantice la comodidad del cliente. Obtener unas buenas copas en las que servir la bebida será una prioridad todavía más grande de la que es hoy.