En nuestro día a día vemos decenas de obras en la calle, siendo algunas de ellas más grandes o relevantes que otras, pero todas ellas constituyen una potencial fuente de riesgos. Y es que la construcción es uno de los trabajos que más siniestralidad laboral posee y esto se debe a la peligrosidad del trabajo, a veces con operarios a diferentes niveles, cargas de materiales pesados, peligros derivados de los materiales usados…
En este sentido, a lo largo de las siguientes líneas os queremos dar a conocer cuáles son los riesgos asociados a este trabajo, así como algunas medidas preventivas de carácter general que podéis aplicar para minimizar los riesgos. Sin embargo, antes de nada, lo que tenéis que tener siempre claro es que los equipos de protección individual son vitales en las obras, por lo que nosotros os recomendamos que os paséis por Maor Ferretería para poder adquirir al mejor precio los equipos de protección individual más punteros del mercado y es que solo de esta forma podréis, aunque no evitar, sí minimizar algunos de los riesgos que a continuación os detallamos.
Entre los riesgos asociados a la seguridad en el trabajo nos encontramos que un gran número de los accidentes en la construcción se deben a este tipo de riesgos laborales y, en la mayoría de los casos, son debidos a:
- Caídas al mismo nivel por tropiezos, resbalones, etc.
- Golpes y cortes.
- Caídas a distinto nivel al realizar trabajos en tejados, cubiertas, andamios, plataformas elevadoras, zanjas…
- Caída de objetos por desplome debida a la inestabilidad de estructuras o caídas.
- Atrapamiento por o entre objetos durante el uso de herramientas, equipos o aprovisionamiento por el material de la obra.
- Pisadas sobre objetos por un terreno irregular.
- Choques contra objetos móviles durante el transporte de materiales en grúas o descarga de hormigón mediante bomba.
- Proyección de partículas en el uso de herramientas tipo radial, sierra circular o durante las operaciones de corte y soldadura.
- Sepultamiento en el trabajo dentro o alrededor de zanjas, pilotes…
- Atropellos por circulación de vehículos.
- Riesgo de incendio y explosión al coincidir combustible (disolventes, gasolinas…), comburente y fuente de ignición (chispa, llama…).
- Riesgo eléctrico tanto directo por cables en mal estado como indirecto por un mal aislamiento o mantenimiento del equipo.
Pero estos no son los únicos problemas que nos podemos encontrar ya que existen riesgos físicos en la construcción y en este apartado incluimos aquellos relacionados con:
- El ruido: demoliciones, circulación de vehículos, compresores…
- El calor y el frío: ambientes exteriores, climatología…
- Vibraciones: martillo neumático, bombas de hormigón, carretillas elevadoras…
Sin embargo, lejos de acabar aquí los problemas, lo cierto es que también existen riesgos químicos en la construcción, puesto que en las obras se utilizan gran cantidad de productos químicos, de los que no se valora o conoce su peligrosidad, con lo que difícilmente se adoptarán medidas preventivas para paliar los posibles efectos adversos y evitar, así, accidentes en construcción. En este sentido, hoy en día tenemos como ejemplo los disolventes, desencofrantes, hormigón, cemento, yeso y pinturas. No obstante, además de estos, también están presentes los riesgos biológicos en la construcción y estos podemos definirlos como aquellos elementos a los que potencialmente se exponen los trabajadores en las obras de construcción, tales como bacterias, protozoarios, virus, insectos, arañas, plantas, reptiles y aves. Esto se debe a que, al realizarse la gran mayoría en entornos exteriores, los riesgos biológicos suponen un foco importante de riesgo laboral.
¿Qué medidas preventivas podemos adoptar para evitar los accidentes?
En la actualidad, cuando vamos a definir acciones preventivas, es importante que no perdamos de vista los principios de la actividad preventiva descritos en el artículo 15 de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, partiendo por la eliminación del riesgo y acabando en el uso de equipos de protección individual.
En este sentido, aunque toda prevención siempre es poca, lo cierto es que, de forma general, siempre debemos de llevar a cabo una serie de medidas preventivas de carácter general que pasan por:
- Vallado de la obra y señalizaciones.
- Separación de las zonas de tráfico o paso de vehículos, maquinaria y peatones.
- Locales para vestuarios y servicios del personal.
- Instalaciones provisionales específicas y legalizadas.
- Orden y limpieza.
- Delimitación de las zonas de acopio, las zonas de trabajo y las zonas de casetas.
- Priorizar el uso de protecciones colectivas sobre los equipos de protección individual tales como barandillas, redes de seguridad, entibaciones, etc.
- Mantenimiento de zonas de paso, equipos y maquinaria.
- Almacenamiento de productos químicos mínimo y garantizando la normativa específica al respecto.
- Limpieza y desinfección periódica de las instalaciones de uso común y de la obra.